lunes, 30 de julio de 2012

El silencio despertó.

Chap esperaba silenciosamente entre aquel montón de tierra,que le hacía de sofá.
Ningún ser de aquella colonia habría pensado ni siquiera había pasado por su cabeza ni una sola vez el escaparse de allí.Irse,sin más.
Nunca la Todopoderosa Granjefa les había amenazado,es más,sólo les dirigía la palabra en determinadas fechas.Sólo mandaba a través de los pequeños y ya está,todos los demás obedecían.
Cuando Chap salió de allí aquella noche,lo primero que vio fue un enorme castillo,con luces de colores y mucho ambiente.Estarían de fiesta o algo así.Entró deprisa por la enorme puerta  y luego giró a la izquierda,donde vio una cama roja,preciosa,digna de una princesa.
Se quedó observando a una prudente distancia lo guapa que era la princesa Nandi.Al cabo de un rato los sonidos y el movimiento bajo las sábanas cesaron.Un gran hombre salió de la cama,miró el reloj y le dio un papel y un par de monedas a Nandi.Ella se vistió y también salió de la habitación.Chap le siquió hasta el baño.
Alli vio como se sacaba algo del bolso,lo aplasaba con una tarjeta y lo aspiraba rapidamente por la nariz,con cara de dolor.La princesa Nandi repitió esa noche aquella extraña rutina 6 o 7 veces.

La Todopoderosa Granjefa se hizo con el poder a base de matar a sus semejantes,de hundir en la miseria y la sumisión a los débiles,a lo que alzaban la voz.Porque para que uno viva en lo más alto,muchos están debajo para soportar el peso.
Los castillos con luces no son más que burdeles y sus preciosas princesas,putas,caras y baratas,de aquí o de allí.Sin nada que perder,metiéndose de todo (menos miedo) para soportar su rutina,una rutina que muchas no eligieron.
Por eso,no hay que juzgar solo por aquello que se ve a simple vista.Porque castillos y princesas por amor quedan pocos.
A Chap le mataron aquella madrugada.Al fin y al cabo solo era una hormiga macho,sólo uno más.Pero se atrevió.Ahora todos los demás saben que si no te mueves no sientes las cadenas.

viernes, 13 de julio de 2012

TE QUIERO SIEMPRE.Esas fueron sus últimas palabras.

Sus pies mojados se hundían en la arena.Yo sé que quería volver.Que quería gritar que todo le daba igual,que lo único que quería,que deseaba de verdad era quedarse allí conmigo toda la noche,parte de nuestra vida.Despidiéndonos para toda la vida.
Sé que habría querido darse la vuelta y correr muy rápido hacia mi,para después colgarnos y susurrar que ya no habrá más despedidas,ni falsas decisiones.
Quería haber venido borrando todas sus huellas,volverse a sentar.Discutir en silencio de mil maneras posibles.Decirnos todo lo que ha cambiado.Preguntarnos que cojones somos,que decimos,si somos solo buenos amigos.
Ella quería volver,decirme que se estaba alejando de su vida,de ella misma.Decirme cuanto nos necesitamos.Bañar juntos nuestros pies con la subida de las olas.Decirme que no me cambiaría por nada del mundo mundial.,y yo seguir creyendo que es mentira.
Yo puedo afirmar sin miedo a equivocarme que ni ella entendía los motivos hacia los que andaba,que no miró atras por miedo a echarme de menos tan pronto.
Y cada paso que daba era una nueva puñalada que yo sentía.Por todas partes.Porque ella se fue por miedo a equivocarse.
De nada vale llorar su ausencia,si en realidad no éramos nada,solo el uno para el otro.
Veo en la distancia sus ojos hinchados y susurro: no pasa nada,corazón,no pasa nada.
Donde quiera que estés: acabo de hacer lo prohibido.

Gaia es muy grande para caminar.

Quedé atascada en una especia de círculo vicioso.No sabía si derecha o izquierda,si arriba o abajo.Si escribir con lápiz o con boli.Si ocultar la verdad o hacer daño.
Mi brújula ya no decía nada pues el viento era,ya desde hace un tiempo,quien me guiaba.No sabía si tren o tranvía.Si Chile o Finlandia.
Mi cuerpo protestaba,pues yo ya dejé de ser princesa.Ya no volaba en alfombras ni me peinaba por las noches.Le declaré la guerra a mi lisa piel,pues para sentir,hay que probar el dolor.
Me até a las luces inestables de las estrellas.Me acostumbré a buscar en la noche su nueva posición,pues no paraban quietas.Dejé de dormir en suaves colchones y no quise ningún soldado de acero vigilando.
Hoy,ya no existen puntos cardinales para mí y mis fronteras.

Gaia nos crió y ahora cuida de nosotros,nos presta sus entrañas para caminar.